El té en Asia está relacionado con su cultura, costumbres, historia y tradiciones, pero… ¿cómo es tomada esta bebida en aquella parte del planeta? ¡Aquí te lo explicamos!
En un inicio el té -originario de China- viajó a Japón, Taiwán, Corea, Sri Lanka, India, Vietnam e Indonesia. A las poblaciones en estos países orientales les gustó tanto, que decidieron adoptarlo como propio.
Cada pueblo y cultura le agregó aspectos únicos, que comenzaron a diferenciarse por sus aromas, sabores, métodos de infusión, utensilios y -por supuesto- rituales de consumo.
Los chinos beben té siempre infundido en pequeñas cantidades de agua y en las diferentes provincias de este país, es posible hallar formas muy variadas de consumo.
Una de las más sobresalientes es la ceremonia Gong Fu Cha, que combina la búsqueda de la plenitud de los sentidos y el aquietamiento de la mente, con una maestría que se ha ido perfeccionando a lo largo de los tiempos para conseguir su mejor preparación.
Los tés verdes, blancos, pu-erh, pero principalmente oolongs, se infunden en teteras pequeñísimas, generalmente de arcilla china. La mesa de té, provista de pequeños agujeros o grietas, es un elemento fundamental en sus ceremonias.
En Japón, el té tiene un profundo carácter espiritual que puede comprobarse en la ceremonia Cha No Yu. Al territorio nipón la infusión llegó en el siglo IX de la mano de monjes budistas, quienes lo impregnaron con muchos elementos rituales.
Desde entonces el té en Japón se toma con todo y de todas formas, en el desayuno, la comida, al recibir visitas o como bebida simple para calentar el paladar.
¿Ya conocías cómo se bebe el té en Asia? ¿Tú cómo lo prefieres o cuál te gusta más? Los hay de todo tipo y sabor, desde los más fuertes como el te negro, hasta los medicinales o digestivos como el de menta, manzanilla o hierbabuena.
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